Menudo espectáculo el de anoche. No sólo el del partido (que creo que fue magnífico) sino el que se montó por la celosa intervención de algún patriótico trabajador del ente público.
Anoche había ciertas premisas que cualquiera podía esperar que fueran cumplidas fuera cual fuera el resultado: buen fútbol, un apoyo incondicional de ambas aficiones, un Guardiola impecablemente vestido, los suspiros de lxs seguidorxs al ver a Aitor Ocio en pantalón corto, disturbios en Canaletas... y reivindicaciones pidiendo la independencia de Països Catalans y Euskal Herria.
Nota con calzador: no me resisto a comentar que uno piensa que es una lástima que en Barna se monta fácilmente por el fútbol y cuesta, sin embargo, movilizarse por otras cosas; pero no quiero contaminar este artículo, que me conozco.
Lo que me ha sorprendido (de verdad) es lo que se montó con el himno. La última premisa que he comentado que nunca falta cualquiera se la esperaba.
Cualquiera es cualquiera... desde un plumilla aficionado como el que firma, hasta un empleado de RTVE con demasiado celo profesional, demasiado amor a la patria (sic) o demasiado miedo al despido... Y aquí vino el problema.
Me estoy imaginando la escena:
- Peláez, ojo con los rojos estos, que esta noche la lían, y seguro que sacan algo contra Su Majestaz o provocando la ruptura de Ejpaña
- No se preocupe, señor susecretario, que eso lo arreglo yo antes de que puedan ni significarse
El señor subsecretario, no nos engañemos, es un triste. Pese a que todxs queremos creer que en RTVE (cuando gobierna el Partido Español, ya que ni socialista ni obrero), sólo trabaja peña pseudo progre, con rastas y un leve olor a cannabis... no. Aún quedan subsecretarios de la vieja escuela, como el de arriba.
Peláez, sin embargo, es un curriqui que no da para más, pero que quiere pagar la hipoteca, se siente español, y no quiere cagarla.
Se le mezcla todo.
Todo ocurre muy rápido.
Ve a la afición del Athletic con las ikurriñas, las banderas de Irlanda, las Arbonaidas y las Esteladas.
Ve a la afición del Barça con las Esteladas, los posters negando ser españoles.
Oye los silbidos, los abucheos.
Ve al señor subsecretario dándole la bronca.
Ve al director de su sucursal bancaria, diciendo que no le aplaza la hipoteca.
No sabe como no cagarla y, como siempre pasa en estos casos, la caga irremediablemente...
"¿Qué hago? ¿dejo nuestro glorioso himno para que todo el mundo lo escuche? ¿O corto el tema para que no se oiga cómo lo abuchean?"
Gran profesional, Peláez opta por revisar las prácticas de sus antecesores (best practice sharing, que lo llaman), y hacer como Alfredo Urdaci... imposible no recordar ese "entra entre aplausos" mientras se oyen los abucheos... pero dice "a tomar por culo, ni miento ni se escuchan pitos. Corto y punto".
Y corta.
Llamada a la redacción. Llamada a su móvil.
La hemos cagado.
El resto es historia.
Y yo me pregunto una cosita... ¿estamos preparados para ésto? ¿De verdad nos creemos que esto es una democracia? ¿de verdad la gente puede manifestar su opinión sobre la monarquía o su sentimiento identitario sin problemas? Pensad...
Paco, administrativo de 34 años, dice "hombre, si tenemos a un rey que hemos elegido democráticamente..."
ÑEEEEK. Error.
Un rey no se elige. Y, si alguno se eligió alguna vez, no éste, a quien puso Franco para dejar todo "atado y bien atado"...
Pensad... quizá la democracia no es lo que venía en el folleto...
Pensad... sentid... actuad...
Siempre en nuestro recuerdo, querida hermana
Hace 2 años
Pues ahora que lo dices... ... ...
ResponderEliminarSentí un poco de vergüenza ajena al ver cómo la mayoría de los periodistas de diferentes medios criticaban la reacción de la gente con los reyes. Y ya lo de la vicepresidenta fue tan bonito...
No puedo con tanto baboseo. ¿Es necesario mostrar tanto peloteo con la monarquia?
¿Esto no es una democracia? ¿No se puede criticar esa Institución?
Felicidades, Dreamer, otro sesudo artículo, ya dije yo en el primero que apuntabas maneras ;-)
Gracias, Eusebio. De casta le viene al galgo, que dicen... ;)
ResponderEliminarEntre la moda "Juan Carlos, el Breve" y la de "Yo no soy monárquico, soy Juancarlista" ha mediado un golpe de Estado un tanto... sospechoso... pero eso es otro tema.
Es cierto, es vergonzoso es el aborregamiento al que nos obligamos en pro de la corrección política y del "respeto a las Instituciones".
Hombres y mujeres mejores que nosotros no han sufrido lo que han sufrido para tener que ver cómo nosotrxs hollamos su memoria con nuestra pasividad.